Está ubicado en la calle Sargento Cabral, a unos metros del acceso principal al Instituto y de las playas de la zona La Perla, de las más concurridas en la temporada. Los vecinos colocaron palos para evitar accidentes.
En una ciudad en la que el reclamo por el estado de las calles es una constante, la competencia entre los ciudadanos por quién tiene el bache más grande en las inmediaciones de su casa podría ser la única manera de darle un manto de humor a una falencia que podría ocasionar graves incidentes viales.
Sin embargo, entre la gran cantidad de imágenes de pozos que los lectores envían a LA CAPITAL, uno de ellos se destacó por sobre el resto por sus dimensiones, su cercanía a espacios muy transitados y la falta de señalización, algo que terminó obligando a los propios vecinos a idear alternativas creativas para evitar desenlaces lamentables. Se trata del bache ubicado en la calle Sargento Cabral, a tan solo unos metros del acceso principal al Instituo Unzué y a unas cuadras de las playas de La Perla, de las más concurridas en plena temporada estival.
El pozo en cuestión se extiende a lo largo de casi toda la calle y presenta una apertura considerable, lo que lo ha transformado, además de en una falencia vial mortal, en depositario de todo tipo de residuos. De hecho, la cantidad de basura que se encuentra dentro es la evidencia de que el bache no es reciente y está en cambio hace tiempo entorpeciendo el tránsito del barrio.
En un intento de cubrir la falta de actuación por parte del Estado municipal, los vecinos han colocado dentro palos de mesas y sillas para evitar que los automovilistas y peatones sufran graves consecuencias. Los ciclistas son quienes deberán tomar las precauciones más estrictas, dado que el tamaño del pozo podría bien ocasionar la caída mortal de cualquiera.